Un verdadero espanto.
Los cajones fuera del armario, completamente desordenados,de uno de ellos se asomaban las mangas de la remera naranja rozando la fría cerámica del dormitorio.Un collar de perlitas azules sobre la silla,junto a la estatuilla del angelito de la guarda ,recién me doy cuenta que lo han guillotinado al pobre.Tendré que pedirle a Marian que me consiga otro,en cuanto la vea se lo diré.O quizás vayamos juntas a comprarlo a esa bonita feria de artesanos y de paso compraré los aros que en el medio de este caos no encuentro.Dónde habrán ido a parar? luego revisaré debajo de los muebles,quizás la escoba encuentra aquello que no alcanzo a divisar por ningún lado.Ocurre que con tanta prenda en el suelo la tarea se hace difícil.Sobre la mesa de luz yace la chalina hindú que me regaló Tavo para mi cumpleaños,mi agenda y el rosario nácar de mi abuela,lo colgué en mi cuello haciéndolo llegar a mi corazón.Bella caricia abuela,hoy la necesito tanto como aquel postre que me preparabas cuando era pequeña.
Paso por el comedor y me doy cuenta que el teléfono está desconectado,ufff el tiempo que tardarán ahora en devolverme el servicio los de la compañía!!!!Le preguntaré a Juan si puede repararlo.Hay un paquete roto de fideos en el pasillo,siento el crujir en mis zapatos cuando voy a la cocina.Las alacenas tan revueltas como el placard,el frasco de mermelada hecho añicos y hay senderos de miga de galleta sobre el mantel.Allí viene mi gata por un abrazo,flor se susto se ha llevado la pobre,sus ojitos me dicen que aún esta inquieta,acaricio su lomo con ternura.
Uno de los oficiales de azul me ofrece una taza de café y se sienta frente a la notebook,presto a escribir.El comisario con dulzura me explica que debo declarar porque soy una víctima.Los otros toman huellas digitales y por la ventana veo que interrogan a mis vecinos.
Siento mucho frío y nada de apetito.Enciendo un cigarrillo y comienzo a relatar la peor pesadilla de toda mi existencia...